More on the electoral shehanigans of the Chavez government

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Mudanzas que pesan

Al menos la mitad de los electores venezolanos son nuevos inscritos o fueron migrados de centro de votación. De cara a los comicios regionales, esos votos pueden ser decisivos.

Por Oscar Medina
Expediente, El Universal.com, Nacional y Política
Caracas, domingo 10 de febrero, 2008

Un gran invento no fue. La práctica existe desde hace mucho tiempo y fue en 1812 cuando se le dio el nombre que hasta hoy persiste: gerrymandering. Se trata de un modo de distribución de los circuitos electorales para favorecer o desfavorecer a candidatos o grupos. La versión adaptada al sistema electoral venezolano, vista desde un plano general, es simple: incrementas la población votante, migras electores y creas centros de votación en lugares difíciles de supervisar. Eso es lo que afirman los investigadores de la organización Esdata, un grupo conformado por profesionales de la estadística, física, matemáticas, ingenierías y el derecho que ha hecho del sistema electoral criollo su objeto de estudio con un ánimo de contraloría ciudadana.

La situación se ha denunciado antes: desde 1998 hasta hoy la cantidad de electores se duplicó y son muchas las explicaciones que se dan a favor o en contra de este logro de la revolución. Pero de cara a este año de elecciones regionales y municipales, la estrategia gubernamental podría tener impacto definitivo en los resultados de la contienda. En su análisis la gente de Esdata encuentra cosas que despiertan suspicacias: "En este momento la mitad de los electores o son nuevos o fueron migrados a su centros de votación actual", señala Humberto Villalobos, arquitecto miembro de la organización. "Y analizando los centros", completa el ingeniero y docente de la UCV, Gustavo Delfino: "Encontramos que donde más votantes nuevos o migrados hay, los resultados favorecen más al oficialismo".

Esa suspicacia expresada en números indica que en el Registro Electoral Permanente en 2006 se encontraban 7,3 millones de personas originarios (para el estudio, inscritos en su centro electoral desde 1998) y 8,2 millones de electores nuevos o migrados de otras zonas. Es decir, por cada elector de 1998 ahora hay 1,12 nuevos o migrados. Eso en cuanto al total de país.

También hicieron un análisis estadístico en función las mesas de votación caracterizadas en cuatro tipologías. Mesas Tipo 1 son aquellas donde por cada elector originario hay en promedio medio elector nuevo o migrado. De esas encontraron 3.136 en las presidenciales que enfrentaron a Hugo Chávez contra Manuel Rosales. Y representan el voto de 1.552.914 electores. En estas mesas Tipo 1, Chávez aventajó con 52% sobre 48%.

13.318 fueron las mesas Tipo 2: por cada originario tienen ¾ de nuevos o migrados y totalizan 6.637.143 electores. Aquí la ventaja de Chávez aumentó a 61%. En las mesas Tipo 3, encontramos 1 ½ migrados o nuevos por cada votante ya inscrito para 1998. Son 8.863 mesas con 4.424.934 electores. En ellas el Presidente ganó con mayor comodidad: 65%. Y en las 6.791 mesas Tipo 4, las que inscriben a 5 nuevos o migrados por cada originario, con 2.949.518 electores; obtuvo hasta 71%.

Otra forma de poner en evidencia el peso de estas movidas dentro del REP se intenta con una muestra que incluye el 2% de mesas, en que se encuentran en mayor porcentaje un tipo específico de elector. "Estamos hablando de 2% de 33 mil mesas", advierte Villalobos: "Son entonces 660 mesas, una muestra porcentual superior a las de las encuestas que miden intención de voto".

En las mesas con mayor cantidad de votantes originales (no migrados), Rosales obtuvo 52% y Chávez 48%. Fueron las únicas donde ganó el opositor. Las que tienen más originales migrados (inscritos en 1998, pero mudados de centro posteriormente) arrojaron 63% a favor de Chávez. Las mesas con más votantes nuevos apoyaron a Chávez con 71% y en las que hubo más nuevos migrados, la diferencia a su favor aumentó a 74%.

En el actual REP, denuncian en Esdata, 50% de los electores son nuevos y migrados. En otras palabras: en cada centro de votación la mitad de los que allí concurren entran bajo esas características. La situación rebasa el promedio en los estados Amazonas, Barinas, Bolívar y Táchira -y es elevada en general en las regiones fronterizas-, alcanzando el pico más alto: 58%. En contraste, Falcón cuenta la menor proporción: 46%, que es igualmente considerable. De los 11 mil centros existentes, 3.843 tienen más de 60% de electores nuevos o migrados.

Como arroz
La evolución resulta interesante. En el caso de los "originales migrados", esos que ya en 1998 estaban en el REP pero que fueron cambiados de centro, en el año 2000 registran 355 mil votantes. Entre 2000 y 2003 se sumaron otros 132 mil. Y los mayores saltos vinieron a continuación: 865 mil más en 2004 y 1.308.000 en 2006.

Los nuevos, esos que se van incorporando al REP, también tuvieron sus apariciones importantes en momentos clave como el referendo revocatorio y las últimas presidenciales. En el año 2000 se inscribieron 648 mil personas. En 2003 son apenas 307 mil. Pero en el periodo entre 2003 y 2004 se sumaron 1.890.000 y entre 2004 y 2006 la cifra aumentó hasta 2.060.000. El año pasado, informó el CNE, se incorporaron 188 mil nuevos. Los que responden a la condición de nuevos migrados totalizaban 12 mil entre 1998 y 2003, pero al momento del revocatorio ya eran 113 mil. Y para las presidenciales otros 523 mil individuos.

"Lo que hace esto digno de ser estudiado es el crecimiento repentino", explica el abogado y ex director del otrora Consejo Supremo Electoral, Alfredo Weil: "Estamos en presencia de incrementos que no se relacionan con la historia electoral del país y el CNE se niega a cumplir con la obligación de suministrar a los partidos políticos las direcciones de los inscritos en el REP, tal como indica el artículo 95 de la Ley Orgánica del Sufragio". Weil explica que el CNE se apoya en una decisión de la Sala Constitucional del TSJ de agosto del año 2000 que negó el acceso a resultados electorales a la Red de Veedores de la UCAB. "Dicen que eso viola la privacidad de la gente".

El documento advierte que el "acceso ilimitado a la información electoral por parte de particulares, conlleva a que se enteren no sólo de quien ejerció o no el derecho al voto, sino de sus direcciones y otros datos que pudieran constituir intromisión en la vida privada de otros". Pero sólo habla de "particulares" y en ningún momento deja por fuera a los partidos políticos. Y, de acuerdo a Esdata, esas organizaciones no tienen la información completa de los nuevos electores.

Ellos han hecho el intento de encontrar a algunos. Escogieron el barrio José Félix Ribas, de Petare: "La densidad de población aquí es brutal, es un barrio consolidado en el que no hay forma que pueda entrar mucha gente a vivir. Sin embargo, entre 2003 y 2006 se duplicó la cantidad de electores", detalla Villalobos: "Junto con miembros de AD intentamos buscar a algunos de los nuevos o migrados inscritos en el REP para votar en esa zona. Hicimos una lista de 200 personas, pero no encontramos a ninguno. Sencillamente no vivían en el lugar. Luego organizamos a un grupo de habitantes del José Félix Ribas, les entregamos las listas de nombres por centro de votación. Al mes nos dijeron que no podían seguir investigando porque los habían amenazado. Y, claro, no encontraron a nadie".

Las migraciones y el abrupto crecimiento del REP forman parte de asignaturas pendientes para la gente de Esdata. Y aunque no albergan mayores esperanzas, insisten en que los partidos reiteren la solicitud de la información completa sobre los electores. Y todavía más: que fijen su atención también en la selección de los miembros de las mesas de votación que, según han denunciado, desde 2006 no cumple con la letra de la Ley Orgánica del Sufragio.

"La otra parte del esquema oficialista es controlar los centros de votación", acusa Guillermo Salas, también de Esdata: "Hay muchos nuevos y migrados, fabrican cédulas que no tienen a nadie detrás y las ubican en centros controlados por ellos". En su sitio web (http://www.esdata.info) identifican situaciones "interesantes": 1.921 centros en los que al menos dos miembros de mesa están en nómina del Ministerio de Educación y no pasan de 4 años de servicio; 4.772 en los que más de 60% (12 de 18) de los miembros de mesa no estaban preseleccionados por el CNE y 5.392 donde más de 60% (12 de 18) de los miembros de mesa son nuevos o migrados. En 2007 repitieron las mismas personas en las mesas y, anticipan en Esdata, este año podrían operar el mismo esquema que se salta los criterios formales.


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